Miguel Ángel Rodríguez bajista y fundador de LOS PIOJOS se despide con un contundente mensaje: un adiós que resuena en el corazón del rock.

¡Impactante, revelador y auténtico! En un conmovedor giro de los acontecimientos, Miguel Ángel Rodríguez, el icónico bajista y cofundador de Los Piojos, ha marcado un hito en la historia del rock nacional con su inesperada despedida. A través de un extenso y emotivo mensaje en Instagram, Rodríguez ha confirmado que no formará parte de la ansiada reunión de la banda, programada para diciembre próximo, dejando una estela de desazón en los corazones de sus seguidores.

El querido Micky expresó su profunda desilusión al haber sabido de esta reunión a través de las redes sociales, sintiéndose excluido de un proceso donde debería haber tenido voz y voto. En sus propias palabras, “Hoy tengo una sensación de vacío… Perder esos sueños me deja una sensación de desamparo”. No es solo una despedida; es un grito desgarrador que revela las entrañas de una relación fracturada con la banda que ayudó a crear y que marcó a generaciones enteras.

Custodiando su legado, Rodríguez se ha denunciado como víctima de un contexto donde el ninguneo y el hostigamiento han tenido su protagonismo. “Soy uno de los fundadores de Los Piojos y no participé en ninguna decisión. Ninguna”, afirmó con una vehemencia que resuena en cada rincón del universo piojoso. Esta expresión de rabia y desencanto es un eco de lo que muchos artistas han vivido a lo largo de sus carreras, donde el poder y la administración a menudo ocupan el lugar del arte.

En este capítulo de su vida, Micky Rodríguez se aferra al amor incondicional de sus seguidores y al respeto de sus colegas, convirtiéndose en su único refugio en medio de esta tormenta emocional. “Porque más allá de todo, soy Piojoso hasta que me muera, y eso es algo que nadie, aunque quiera, me va a poder sacar”, concluyó, dejando entrever que su viaje no ha concluido, y que esta amarga experiencia podría dar pie a una profunda reflexión sobre la verdadera esencia del rock.

No es solo la ausencia de un bajista en un regreso esperado; es una fractura en la historia de la música argentina que resuena entre sus seguidores. Las palabras de Rodríguez han reverberado en la comunidad de fanáticos, quienes ven en este desenlace un símbolo de la lucha entre la pasión artística y las duras realidades de la industria musical.